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Marisol Schulz: LéaLA ayuda a que los latinos reivindiquen su cultura

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Cuándo es

LéaLA se celebra del viernes 15 al domingo 17 de Mayo en LA Convention Center (1201 S. Figueroa Street Los Ángeles CA 90015) para obtener mayores informe visite

www.lea-la.com.

Marisol Schulz Manaut es la mujer de colores intensos que dirige la Feria del Libro en Español LéaLA en Los Ángeles, creada hace cuatro años y bautizada con un nombre bilingüe para poder decirle –como lo hacen muchos tijuanenses– “lea-elei”.

Directora editorial de Santillana por casi dos décadas, Schulz es además comentarista cultural, promotora acérrima de la lectura y desde el 2013 directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la más importante del mundo en español.

En su visita a Tijuana, para promover la edición de LéaLA de este año, ella habló con Enlace sobre su labor hasta ahora y el rumbo de lo que ella llama sus dos hijos, las dos grandes ferias que dirige y con las que nutre a miles de lectores cada año.

¿Cómo te involucraste con la feria LéaLA?

Ésta es mi primera experiencia como directora de una feria. Yo vengo del mundo editorial y cuando la feria estaba en sus pininos y era apenas un proyecto, me convocaron como asesora por parte de la Universidad de Guadalajara, fue precisamente el presidente de la FIL que también lo es de LéaLA, Raúl Padilla.

Me pidió evaluar si era factible. Hice un trabajo de investigación, entrevisté líderes comunitarios, gente en educación, en política y mi conclusión fue que era el momento. Había una necesidad total por la falta de lectura en español y cuando vemos como están los hispanos en los condados del sur de California, era absurdo que no hubiera antes una iniciativa cultural en español.

En general las librerías tienden a desaparecer pero no había librerías ya en español, la única que había en esos momentos La Librería Martínez ya desapareció.

¿Como complementas lo aprendido en LéaLA con tu dirección de la FIL Guadalajara?

La experiencia de haber estado en la FIL como expositora y editora es la que incorporo yo a Los Ángeles. No puedo dividir que pasó antes y después, más bien fue un cambio orgánico donde todos mis aprendizajes los pongo al servicio de la Feria del Libro en Español y ahora al servicio de la FIL que es la segunda feria en importancia a nivel mundial, la primera en español, y que tuvo 850 mil visitantes el año pasado. Ahí me toca comandar un equipo de miles de personas que funciona como reloj.

La feria de Los Ángeles es distinta porque como a mí me toca crearla la visión es mucho más personal, porque no había una visión previa. Yo digo que tengo dos hijos, una señorita ya muy adulta que cumple 30 años y un bebé que apenas empezó a andar y le tengo que dar la mano.

¿Cual es el género literario favorecido por los Latinos?

No hay un solo género, como no hay un solo mercado de libros en español. En la primera feria, Isabel Allende firmó libros por cinco horas, Elena Poniatowska otro tanto, Lydia Cacho.

Les gusta mucho el tema del narcotráfico, temas de actualidad mexicana pero así como tuvimos a Poniatowska, se llenó con Sanjuana Martínez, se llenó con Anabel Hernández...

Los talleres infantiles tienen siempre gente esperando. Con un público tan diverso se rompen estereotipos todo el tiempo.

¿Cómo mides el éxito, por el número de asistentes o por las ventas?

En general por el número de asistentes, pero también por el índice de satisfacción. Se hacen encuestas de salida y en los tres años el índice de satisfacción de la gente es de 98 por ciento y los comentarios son “nos hacía falta” y hay mucho agradecimiento, una reivindicación de lo que significa ser latino, hablar español, pertenecer.

¿Por qué promover en Tijuana la feria?

Tijuana está tan lejos del centro del país que ve al norte, es un vaso comunicante con California. Creo en las fronteras porque necesito una visa para pasar pero no creo en las fronteras porque desde Santana o Los Ángeles se parece a estar aquí, culturalmente somos lo mismo. Desde la primera edición tuvimos participación de tijuanenses como público y expositores y queremos abonar a eso y que se haga un turismo cultural a la feria.

¿Cómo contribuye la feria a la preservación y propagación del español?

Sería pretencioso hablar de cómo contribuye después de cuatro años que hemos hecho la feria, pero sí hay aportaciones. La experiencia que han tenido en la feria unas chicas que eran distribuidoras de libros infantiles en español pusieron ya una librería en Los Ángeles, gracias a eso Almadía va a poner una librería en Los Ángeles, gracias a eso… ellos nos hablan de la experiencia con LéaLA y cómo les ha permitido abrir mercado.

Nuestro eslogan siempre ha sido celebremos el español y es nuestra principal motivación, nuestro motor para llegar con la gente y decirle “el inglés ya lo tienen, es el idioma de los niños que van a hablar en inglés pero ¿por qué perder el idioma de sus papás y de sus abuelos?

¿Cómo resignificar el idioma español y cómo recobrar su valor en EU?

Es una experiencia diaria ver que por muchos motivos –miedo a la discriminación, deportación – muchos latinos no querían que sus hijos hablaran español, pero eso es lo contrario hoy en día, porque el niño que tiene doble idioma tiene el doble de posibilidades económicas; tiene más oportunidades educativas y hasta a nivel neuronal, el niño bilingüe tiene mayor plasticidad neuronal, lo que significa que sus neuronas trabajan más por estar cambiando de un idioma a otro y esto le da mayores posibilidades de aprender.

Nuestra insistencia con las familias es que no dejen que sus niños pierdan el español, ésa es la misión social de la feria, más allá de eventos y ventas, sí es para abrir mercado, sí es un festival cultural, pero hay una misión social muy fuerte con la población latina.

Siempre hay muchas lágrimas en la feria, de gente que se sentía despreciada por su cultura, hecha menos y que va descubriendo a un historiador de su lugar de origen y va descubriendo autores de libros para niños que vienen del lugar donde él nació y se va a descubrir a sí mismo en esa otra parte de la cultura que está menospreciada en Estados Unidos. Entonces hay un descubrirse, esta feria puede ser un movimiento probilingüismo y puede ser un movimiento proreivindicación de lo que es ser latino. Cumplir con la necesidad de aprendizaje y de enseñar a las nuevas generaciones lo que somos y lo que son, de donde vienen.

¿Cómo crear un evento atractivo para un público tan diverso?

La estrategia es traer siempre autores de la mejor calidad de todos los países. No porque no los conozcan no los vas a traer. Nosotros tenemos que ser muy amplios en pensamiento y no podemos venir con una actitud desde México conquistadora de “esto es lo que ustedes necesitan”.

Este año viene la hija de Jenni Rivera, traemos un autor religioso, de espiritualidad, un autor que habla de Oponopono que yo ni conocía pero que está de moda. Ha venido gente como Pablo Ignacio Taibo, Elenita Poniatowska. Hemos tenido conferencias de mitos de la historia de México, así como traemos a estos autores traemos a gente de la comunidad también. Por ejemplo, celebridades de Los Ángeles, locutores de Univisión, gente de radio y van y les leen a los niños y firman autógrafos, estamos en la lucha por traer deportistas, queremos traer gente de los Leones Negros, hemos invitado a los Dodgers –no han podido – pero en fin, la idea es la diversidad.

Traer autores que la gente reconoce, junto con autores que no conoce pero a la hora de que entran ahí, los descubren, como nos pasó con las lecturas en torno de Sor Juana, que para muchos fue un descubrimiento y si de ahí fueron y se compraron un libro pues ya se completó el asunto.

¿Cómo visualizas el futuro de ese ‘bebé tambaleante’ que es LéaLA a futuro?

Lo quiero firme y bien. Lo quiero creciendo y expandiendo sus posibilidades y también –por qué no decirlo – con finanzas sanas porque ahora toda la feria que es totalmente gratuita está patrocinada por la Universidad de Guadalajara, pero espero que pronto tenga patrocinadores suficientes y se pueda sostener por sí misma.

Que los angelinos se la apropien, que la hagan suya así como lo hizo Guadalajara, donde hoy por hoy no hay ningún menor de 29 años que no haya ido o sepa que es la FIL, que diga con orgullo “tenemos la FIL”. Quiero algo así.

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