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Microcréditos ayudarán a trabajadoras sexuales

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Un estudio que analiza el vínculo entre la pobreza y los comportamientos de alto riesgo entre las trabajadoras sexuales de Tijuana, ofrecerá además pequeños préstamos. Los préstamos que se entregarán a unas 60 mujeres al año, son pequeños, alrededor de 200 dólares por participante para empezar, y los investigadores esperan que las mujeres usen el dinero para iniciar pequeños negocios y encontrar una fuente adicional de ingresos.

Institutos Nacionales de Salud están financiando los 180 000 dólares para el estudio, una prueba controlada al azar dirigida por investigadores del Center on Gender Equity and Health (Centro para la Equidad de Género y Salud) de la Universidad de California, que forma parte de la División de Salud Pública Global. También están involucrados dos grupos de San Diego: Women’s Empowerment International, que donó 54 000 dólares para los préstamos, y Vía Internacional, que trabajará en estrecha colaboración con las mujeres, ofreciéndoles apoyo a medida que desarrollan sus negocios.

“Sabemos que en primer lugar la vulnerabilidad económica subyace al grupo de mujeres que trabajan en el sector de las actividades sexuales”, dijo Elizabeth Reed, profesora asistente en la Universidad de California en San Diego y la principal investigadora del estudio. “Les resta poder al negociar con sus clientes”.

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La colaboración ha sido llamada ESTIMA e implica no solo micro finanzas, sino también la movilización comunitaria: Las participantes trabajarán en grupos de seis a diez, elegirán a sus líderes, y determinarán sus propias necesidades de ayuda, dijo Elisa Sabatini, directora ejecutiva de Vía Internacional.

“Podría ser algo sobre el ahorro o la gestión de inventario”, dijo Sabatini. “Podría ser algo acerca de la salud o la autoestima”.

El objetivo principal del proyecto es probar si el programa de micro finanzas puede reducir la vulnerabilidad de las participantes al SIDA, dijo Reed. Las trabajadoras sexuales se encuentran entre la población de Tijuana en mayor riesgo de adquirir la enfermedad. Entre cinco y 14 por ciento están infectadas con el VIH.

La teoría es que al proporcionar a las mujeres una fuente alternativa de ingresos, se sentirán menos desesperadas económicamente y en una mejor posición para exigir que sus clientes usen condones. Los líderes del proyecto también esperan demostrar que las mujeres serán menos propensas a ser víctimas de la violencia, otro factor de riesgo para el VIH.

“No es como si vamos a sacar a las mujeres del trabajo sexual”, dijo Reed, epidemióloga social que ha estudiado un grupo similar al sur de la India. “Es darle a las mujeres ingresos adicionales para que puedan tener más poder en su trabajo y se sienten más estables financieramente”.

Las participantes en el programa serán seleccionadas de un grupo de 300 trabajadoras sexuales que actualmente participan en un estudio más a largo plazo de UC San Diego. Las entrevistas con las mujeres han demostrado que muchas quieren iniciar su propio negocio, o ya lo tienen, pero no tienen ni el dinero ni la experiencia para crecer, dijo Reed.

Para ser elegibles para el estudio, las mujeres deben ser mayores de 18 años de edad, no mostrar altos niveles de abuso de sustancias, y no pueden “tener proxenetas u otros intermediarios que controlen sus ingresos”, dijo Reed.

Una vez que el programa esté en marcha, el grupo inicial de 60 participantes seleccionadas al azar será comparado con las otras 60 que están en lista de espera e inicialmente no recibieron asistencia. “Vamos a medirlas a los seis y a los 12 meses, comparando a las que recibieron la intervención con las que aún no la han recibido”, dijo.

La prostitución ha florecido por décadas en la Zona Norte de Tijuana, y en los últimos años la ciudad ha trabajado para regular el comercio. Las regulaciones de la ciudad exigen que las trabajadoras sexuales se registren con las autoridades sanitarias y se sometan a exámenes médicos mensuales, así como pruebas para detectar el virus del SIDA, cada tres meses, dijo Víctor Clark, un activista de derechos humanos que trabaja con grupos de trabajadoras sexuales.

“Siempre que le hablo a la gente sobre el proyecto, muchos se preguntan ‘¿Por qué gastamos ese dinero en México?’”, dijo Reed. “Al final, realmente se trata de una cuestión de equidad de género, pobreza y salud, y está afectando a ambos lados de la frontera. Sabemos que la industria del comercio sexual allí es casi una industria binacional”.

Mientras que por un lado los investigadores de UC San Diego están llevando a cabo el estudio, Vía Internacional implementará el programa de préstamos. El grupo sin fines de lucro, con sede en Barrio Logan, tiene un historial comprobado de operar programas de micro finanzas en Baja California, con nueve grupos en Tijuana y 20 en Mexicali. Más del 90 por ciento de los participantes son mujeres.

Sus proyectos incluyen una iniciativa de producción de miel en el Valle de Mexicali, y otro colectivo en la colonia Buena Vista en Tijuana, cuyos participantes operar una serie de pequeñas empresas, incluyendo la venta de cosméticos, una tienda de la esquina y el alquiler de trajes de danza folclórica.

Este es el primer proyecto de Vía Internacional que involucra a trabajadoras sexuales.

“Son probablemente uno de los grupos más vulnerables de la región”, dijo Sabatini. “Tenemos la intención de seguir adelante, tratando de crear un ambiente propicio para que ellas se sientan honradas y con confianza”.

La institución que está donando los fondos, Women’s Empowerment, está conformada por un grupo de 560 voluntarios que respaldan proyectos de microcréditos en Uganda, Ghana, Honduras, México y San Diego.

La cofundadora, Winifred Cox dijo que el grupo estaba “interesado en un proyecto transfronterizo donde pudiéramos ayudar a las mujeres pobres con una organización A-plus (de primera calidad). Esta es simplemente una sociedad emocionante. Es maravilloso que estas tres entidades hayan podido unirse en San Diego para lograr que esto tenga lugar”.

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