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Scripps Mercy cumple 125 años

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Cuando la hermana Rosanne McGrath camina por las puertas del hospital Scripps Mercy, prolonga una misión de 125 años, que comenzó el 9 de julio de 1890.

Ese día la madre Mary Michael Cummings admitió a John O’Connell en el dispensario St. Joseph, una enfermería que ocupaba dos pisos arriba de una tienda de ropa para caballeros en el centro de San Diego.

De acuerdo con el meticuloso registro que mantenía Cummings y sus compañeras religiosas, las Hermanas de la Misericordia, O’Connell pasó 13 días en cama con malaria antes de ser enviado a casa en buenas condiciones.

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En su primer año al servicio de la ciudad, las hermanas admitieron a 117 pacientes. Ese fue el primer capítulo de un ministerio de sanidad que continúa hoy en el hospital, que cuenta con un edificio en Hillcrest y otro en Chula Vista.

Scripps Mercy conmemorará su aniversario el sábado, con una celebración pública a partir de las 10 a.m. en el patio frontal del hospital en Hillcrest.

Las festividades son parte de un esfuerzo mayor para mantener y sostener lo que las hermanas comenzaron.

Actualmente, solo seis religiosas de la orden siguen trabajando regularmente en el hospital, que fue inaugurado en 1924 con suficientes monjas capacitadas en términos médicos para ocupar el cercano convento de la orden. Aunque ya no lideran la operación día con día, las Hermanas de la Misericordia todavía visitan a los pacientes en sus habitaciones, ayudan en las celebraciones por nacimientos y en la pérdida de seres queridos.

“Cuando entro a una habitación, casi puedo decir si alguien está dispuesto a escuchar mis chistes o si quieren ser consolados o si quieren orar,” dijo McGrath.

Scripps Mercy es el único hospital católico en la región. En el edificio en Hillcrest, eso se refuerza con una gran figura de Jesucristo en el vestíbulo y crucifijos en cada habitación de los pacientes. Estos símbolos representan cómo el hospital ve a los hombres, mujeres y niños que cuida, dijo McGrath.

“La gente aquí no es solo un cuerpo que se repara”, dijo. “Son seres humanos hechos a imagen y semejanza de Dios. Es desde esa perspectiva que los tratamos o hablamos con ellos o hacemos cosas para ellos”.

Para curar el alma

Como el número de Hermanas de la Misericordia ha disminuido, la Iglesia Católica ha trabajado para sostener los principios fundamentales de fe que llevaron al establecimiento del hospital.

En 1995, cuando las Hermanas de la Misericordia decidieron vender sus instalaciones en Hillcrest al sistema Scripps Health debido a las presiones financieras que enfrentaban los hospitales autónomos de menor tamaño, la transacción incluyó el requisito de que el hospital siguiera siendo católico y que sus médicos y enfermeras continuaran siguiendo las directrices éticas y religiosas publicadas por la iglesia.

(Las mismas condiciones aplican en el hospital Scripps Mercy en Chula Vista.)

Un comité especial liderado por la organización no lucrativa Scripps Mercy Hospital Foundation nombra un vicepresidente de integración de la misión, quien es responsable de conectar los mundos de fieles y seculares.

Marcos Zangrando, un exsacerdote jesuita, se hizo cargo de ese trabajo en 2013.

Dijo que gran parte de sus responsabilidades es ayudar a los recién llegados a entender el legado y la misión de Scripps Mercy. Una clase especial de orientación, que debe ser impartida a todas las nuevas contrataciones, proporciona ese contexto. Otra información se hace llegar a los proveedores y vendedores que pasan regularmente por el hospital, pero que técnicamente no trabajan allí.

“Si alguien es cristiano o ateo, queremos que sepan y respeten porque somos únicos. Realmente creemos que la curación del alma es parte del ministerio de sanidad,” dijo Zangrando.

Este mensaje se recibe de manera diferente por diferentes personas.

Tom Gammiere, presidente ejecutivo de Scripps Mercy por 16 años, dijo que puede ser una prueba para ver quién pasa toda su carrera allí y quién se va.

“Las personas que se sienten atraídas por la misión, se quedan. Las personas que están aquí por otras razones, se van,” dijo.

Atención al paciente

Los médicos que practican en el Scripps Mercy deben seguir estatutos diferentes a los que rigen otras instalaciones de Scripps Health.

Las directivas éticas y religiosas establecidas en un folleto de 40 páginas publicado por la Iglesia Católica prohíben el aborto, la esterilización y la contracepción. También especifican el respeto a la dignidad humana y la prestación de los santos sacramentos a disposición de los pacientes católicos.

Gammiere dijo que Scripps Mercy se encarga de evitar conflictos en la medida de lo posible.

Por ejemplo, las madres que desean someterse a una ligadura de trompas después de dar a luz, algo que no se realiza en Scripps Mercy, no acuden a este hospital.

Si bien algunos podrían pensar que esta regla de conducta religiosa ha hecho que estos dos hospitales de fe sean inflexible pero ese no es el caso de las operaciones pasadas y actuales.

Por ejemplo, recientemente el Scripps Mercy en Hillcrest abrió una sala de oración para su personal musulmán. La hermana Mary Jo Anderson, quien se unió a la junta directiva de Scripps Health en 2005, dijo que dicha instalación refleja el amplio margen de flexibilidad que siempre ha existido allí.

“Hasta la década de 1960, fuimos el único lugar de la ciudad donde los médicos judíos podían practicar”, dijo.

Y el libro original de registros de Cummings demuestra que las hermanas nunca restringieron su atención solo a los católicos. Además del nombre, la fecha y el diagnóstico, las hermanas registraban rutinariamente las afiliaciones religiosas de los pacientes, observando si eran “católico, no católico, judío, pagano, no creyente o infiel”.

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