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Religiosos de diferentes denominaciones oran para que llueva

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El sábado 20 por la noche, en una mezquita en el reseco y soleado Chino, aproximadamente 500 personas de varias religiones y edades se reunieron para intentar una inusual táctica para ponerle fin a la sequía de cuatro años del Estado Dorado.

Invocando el poder de la oración, estas personas imploraron a Dios, Buda, Alá, Yahvé, Brahma, Vishnu y Shiva que hicieran llover.

“Alabado sea Alá, el señor del universo, el compasivo, el misericordioso, el maestro del día del juicio”, recitó en árabe Imam Mohammad Zafarullah a los feligreses masculinos que se encontraban colocados sobre coloridas alfombras de oración afuera de la mezquita Baitul Hameed, localizada a unas 40 millas al este de Los Ángeles. “No hay otro Dios que no sea Alá quien hace lo que desea. Oh Alá, tú eres Dios, no hay ninguna deidad que no seas tú. Envía la lluvia sobre nosotros y haz que lo que tú envíes sea fuerza y satisfacción durante un tiempo”.

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La oración interreligiosa por la lluvia, patrocinada por la sección de Los Ángeles de la Comunidad Musulmana Ahmadiyya, tuvo su inspiración en un sermón que escuchó el Dr. Ahsan M. Khan, presidente de la sección del East Los Ángeles de la secta, durante una visita realizada a la mezquita sede en Londres. El califa, Mirza Masroor Ahmad, compartió anécdotas de pueblos africanos donde las personas aceptaron el Islam después de presenciar los resultados producidos cuando los imanes locales decían la oración Árabe para la lluvia.

Cuando Khan regresó al sur de California, propuso que los miembros de la mezquita local lo intentaran. Vistiendo una sábana blanca bajo un sol ardiente, Zafarullah condujo a los feligreses de la mezquita en su primera oración para pedir que haya lluvia a principios de mayo. Inspirados, decidieron invitar a otras instituciones religiosas para realizar un evento colectivo durante el Ramadán, el mes de ayuno musulmán.

“La oración para que haya lluvia es realmente común a través de diferentes religiones” dijo Khan, de 38 años y quien es un oftalmólogo con Kaiser.

Los californianos han estado orando para que haya lluvia desde hace un tiempo. A principios del año pasado, los obispos católicos del estado solicitaron la intervención divina y les pidieron a las personas de todas las religiones para que se unieran en oración para que haya lluvia mientras que las reservas de agua disminuyen a niveles mínimos históricos.

“Que Dios abra los cielos y que su misericordia caiga sobre nuestros campos y montañas”, decía la oración escrita por el obispo Jaime Soto de Sacramento.

No mucho tiempo después, en marzo del 2014 – días después de que el gobernador Jerry Brown declaró una emergencia de sequía estatal – la primera danza de lluvia inter-tribal de San Juan se celebró en San Juan Bautista.

Por desgracia, como pueden manifestarlo las desnudas cimas de las montañas y las cada vez más pequeñas reservas de agua, las súplicas de los obispos y de los indígenas de California se quedaron sin ser contestadas.

Eso no fue sorpresa para Michael Shermer, fundador de la Sociedad de los Escépticos. Nunca creyó en la idea de que la oración, sin importar cuántas religiones estuvieran involucradas, podría hacer una diferencia.

“Por supuesto, creo que es ridículo”, dijo Shermer. “Esto sucede a menudo no solo con las religiones, sino también sucedió con los hombres durante las sequías del siglo XIX y los años de la tragedia del efecto dust bowl (cuenca de polvo)”.

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