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Un Cervantes ‘non grato’

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MADRID – Fecundo y polémico, tanto por su trayectoria literaria como por sus reflexiones siempre perturbadoras, el autor de Señas de identidad y Paisajes después de la batalla recibió el Premio Cervantes.

Alérgico a las camarillas literarias, crítico del franquismo en su momento, cuestionador de la España actual y siempre apasionado de la cultura árabe, Juan Goytisolo es uno de los escritores españoles más prolíficos y polémicos de su generación.

Autor de más de 50 títulos, Goytisolo ha cultivado novela, ensayo, crónica de viajes, cuento y memorias, una obra reconocida con el Premio Cervantes 2014, el máximo galardón de las letras españolas y que recibió de manos del Rey Felipe el pasado jueves 23 de abril.

A sus 84 años, Goytisolo sigue encontrándose a gusto en el terreno de la provocación y la polémica, que tantas enemistades le han procurado en España en su doble faceta de novelista y ensayista. No renuncia a su amada heterodoxia: la subversión.

Desde Marrakech, donde radica, se dice harto de la corrupción que se registra en España y ha proclamado su apoyo a Podemos, el partido que aglutina a los indignados ibéricos desde principios de 2014 y al que las encuestas auguran un futuro promisorio a pesar de su escaso rodaje.

“España no perdona al no complaciente. Y Goytisolo forma parte de esa tribu”, asegura el escritor y crítico Juan Cruz en alusión a las resistencias oficiales y oficiosas que durante años impidieron que se honrara al escritor con este galardón.

El sentimiento de desarraigo, que lo mueve a una literatura sin fronteras, lleva a Goytisolo a abrazar la “nacionalidad cervantina”.

Espíritu indomable

Nacido en Barcelona en 1931, el espíritu indomable de Juan Goytisolo comienza a despuntar en su etapa juvenil, cuando, incómodo con la dictadura franquista, apuesta por un exilio político que con el paso de los años se convertiría en definitivo.

Su militancia activa contra la dictadura del General Francisco Franco (1939-1975) y su precoz destierro en Francia, luego en Estados Unidos y más tarde en Marrakech, Marruecos, donde fija su residencia desde 1996, tampoco fueron del agrado del oficialismo.

Además, la influencia en la cultura española del legado musulmán y judío que reivindica en varios de sus libros y sus críticas al establishment ibérico le valieron durante décadas el rechazo de los sectores católicos más tradicionales.

Licenciado en derecho por la Universidad de Barcelona, tras la publicación de sus dos primeras novelas, Juegos de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955), Goytisolo se exilia en París, donde permaneció hasta 1969.

En la capital gala ejerció las más diversas profesiones para sobrevivir, hasta que tuvo la oportunidad de trabajar en la editorial francesa Gallimard como asesor sobre autores españoles poco conocidos en el extranjero.

En París, conoció a Monique Lange (1926-1996), novelista y guionista con quien se casó en 1978 y que introdujo en Francia a narradores españoles como Jesús Fernández Santos y Luis Goytisolo, hermano de Juan.

Durante su estancia en Francia, participa en una revista de oposición política al franquismo, Cuadernos de Ruedo Ibérico, fundada en París en 1965 por iniciativa de Ruedo Ibérico, editorial creada por exiliados españoles.

“Conocí a los hermanos Goytisolo (Juan, Luis y José Agustín) cuando estudiábamos en el colegio Bonanova en Barcelona”, señaló Jorge Herralde, fundador y director de Editorial Anagrama, que publicó algunos de los primeros libros de Goytisolo, como El problema del Sahara.

“Más tarde comencé a leer a Juan y me deslumbraron sus primeras novelas, con su mirada diferente, irrespetuosa, rompedora”.

Herralde señala que siempre siguió de cerca su evolución no solo literaria sino también política.

“Juan participó activamente en Cuadernos de Ruedo Ibérico y asistí también a su entusiasmo y su desapego posterior por la Revolución cubana”, indica.

En 1969, Goytisolo emprende de nuevo el viaje, esta vez a Estados Unidos, donde imparte clases en centros académicos de California, Massachusetts y Nueva York.

En los años 90 y fiel a su impulso nómada, se instala en Marrakech, desde donde viaja con relativa frecuencia a París, otra de sus ciudades predilectas, y, ocasionalmente, a Barcelona.

En su primera obra de fuste, la trilogía formada por Señas de identidad, Reivindicación del conde don Julián y Juan sin tierra, el autor experimenta con el lenguaje y entra sin complejos en la historia de España para narrarla desde una visión cultural y religiosa.

“Sobre su obra, yo resaltaría la gran trilogía y sus memorias (Coto vedado y En los reinos de taifa). Solo con esto tiene un puesto asegurado en la literatura española de nuestro tiempo”, señala Herralde.

Para el editor catalán, Goytisolo es un escritor políticamente incorrecto y sexualmente incorrecto, lo que le granjeó no pocos enemigos.

Con el desplante que le caracteriza, Goytisolo aborda abiertamente su homosexualidad en la autobiografía Coto vedado (1985), donde lleva a cabo un examen de conciencia que escandaliza nuevamente a los más puritanos, incluidos los literatos orgánicos que el autor tacha de hipócritas y exhibicionistas.

“De Juan Goytisolo, destacaría sobre todo su carácter insurrecto, alguien que hace la guerra por su cuenta con valentía y rompiendo tabúes. No ha seguido nunca una senda previsible. Actúa más bien como un francotirador”, precisa Herralde.

Gran conocedor del mundo árabe al que admira y con el que convive desde hace años, el escritor también ha contribuido a través de ensayos, artículos y documentales a la difusión de esta cultura, además de fomentar el diálogo entre los pueblos asentados en las riberas del Mediterráneo.

“Pesan mucho los dos Goytisolo, el novelista y el ensayista. En ambas facetas es un autor de gran interés. Y se ha interesado por jóvenes novelistas a los que ha alentado, porque siempre está abierto a las nuevas generaciones”, señala el director de Anagrama.

Según Herralde, Goytisolo es un hombre desencantado, pero con capacidad de encantarse sucesivamente.

Las primeras obras de Goytisolo pertenecen a la corriente del realismo crítico, de la que se alejará posteriormente para experimentar con el lenguaje y cuestionar la historia oficial de España que consagra la cristiandad, menospreciando la herencia de árabes y judíos.

Makbara, Paisajes después de la batalla y Las virtudes del pájaro solitario son otras de sus novelas con las que busca revolucionar el lenguaje y adquirir un estilo propio.

No hay un solo libro de Juan Goytisolo que no tenga la esencia de lo vivido, de lo escuchado, de lo paseado, asegura el escritor y crítico Juan Cruz.

“Es un gran aventurero que detrás de su timidez esconde una mirada inquisitiva sobre la realidad”, expresa.

Reservado en lo cotidiano, profundo cuestionador de la frivolización de la sociedad española durante la bonanza económica previa a la crisis de 2008 y apasionado de la cultura árabe, Goytisolo es también uno de los pensadores españoles más fértiles y explosivos.

En su línea inconformista, Goytisolo anunció en 2012 que abandonaba la narrativa para dedicarse solo al ensayo y la poesía: “Es definitivo. No tengo nada que decir y es mejor que me calle. No escribo para ganar dinero ni al dictado de los editores”, declaró entonces el escritor.

Multipremiado

A golpe de ingenio, el escritor catalán Juan Goytisolo es el ganador número 40 del Premio Cervantes, dotado con 125 000 euros y que recibió en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el jueves 23 de abril, fecha en la que se conmemora el fallecimiento del autor de El Quijote.

“Por su capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas, desarrolladas en diversos géneros literarios; por su voluntad de integrar a las dos orillas a la tradición heterodoxa española y por su apuesta permanente por el diálogo intercultural”, enumera el jurado las razones para premiarlo.

Goytisolo ha sido traducido a varios idiomas y ha recibido también múltiples galardones, como el Premio de Ensayo y Poesía Octavio Paz, en 2002; el Premio Juan Rulfo, en 2004; el Premio Nacional de las Letras Españolas, en 2008; el Premio de las Artes y las Culturas de la Fundación Tres Culturas, en 2009, y el Premio Quijote de las Letras Españolas a la obra de toda una vida de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), en 2010.

“Cuando me dan un premio, siempre sospecho de mí mismo. Cuando me nombran persona non grata, sé que tengo razón”, ha dicho Goytisolo sobre los reconocimientos.

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