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Aumenta el número de “mulas ciegas”

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“Las drogas no son mías. Yo no sabía que estaban ahí”.

Es una declaración muy común utilizada por las personas que son sorprendidas con drogas cruzando la frontera; durante décadas las autoridades la han descartado argumentando que es una excusa muy conveniente para los culpables.

Pero en los últimos años, las autoridades federales han llegado lentamente a reconocer la existencia de “mulas ciegas”, como se conoce a los viajeros transfronterizos que, sin saberlo, llevan drogas en sus vehículos, y los fiscales han desestimado los cargos en varios casos recientes en los que al parecer los conductores habían sido engañados.

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Por ejemplo, en marzo la Oficina del Fiscal Federal desechó los cargos contra un repartidor mexicano de muebles de 66 años de edad, detenido en el cruce de Otay Mesa después de que agentes aduanales descubrieron 59 libras de narcóticos en la llanta de refacción montada en la parte exterior de su vehículo.

Y hace unas semanas, en otro caso, los cargos fueron descartados en contra de un mensajero mexicano detenido en la entrada de Tecate con una carga de molduras de poliuretano que resultaron estar llenas con 619 libras de mariguana.

Los investigadores federales también han identificado una ola de intentos de contrabando en los últimos dos años, que involucran cargamentos de drogas pegados con imanes a la parte más vulnerable de los coches, para luego ser transportados por los conductores desprevenidos, y más tarde ser recogidos al otro lado de la frontera.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos inclusive ahora llama “víctimas” a los contrabandistas involuntarios en estos casos, ya que a veces son ellos mismos quienes descubren las drogas e informan a las autoridades. Los investigadores y los fiscales han escuchado por décadas la defensa de las “mulas ciegas”. A menudo es una de las primeras alegaciones que los conductores hacen a las autoridades al momento de la detención.

La mayoría de las veces, sus historias no se sostienen, dice Joe García, agente especial interino a cargo de Investigaciones del Departamento de Inmigración y Aduanas de Seguridad Nacional en San Diego. Investigadores calificados y hábiles a menudo encuentran inconsistencias en las explicaciones durante los interrogatorios repetidos, y muchos conductores finalmente confiesan y se declaran culpables.

García dice que ha oído de todo, pero una historia común es la que cuenta que pidieron prestado el automóvil a un “amigo” y alegan que las drogas seguramente le pertenecen al “amigo”. Si explora a fondo, dice García, muchas respuestas al final no suenan muy realistas.

“Se necesitan varios intentos para conseguir realmente la verdad... Algunas explicaciones son muy complicadas, lo son tanto, que en el centro de las mismas, no hay manera de que sean verídicas”.

Cargos desestimados

Pero luego están los conductores que persisten en su inocencia. Y últimamente, muchos de esos conductores han conseguido que sus cargos sean descartados antes de una acusación o juicio.

“Nunca he tenido tantos casos que para mí parecen ser mulas ciegas, como en el último año o algo así”, dijo el abogado defensor Inge Brauer, quien recientemente consiguió la desestimación de dos casos. El 20 de diciembre, un mexicano con una tarjeta de cruce fronterizo condujo su camioneta a través de la garita de Mesa de Otay para hacer una entrega de muebles. Pero después de una inspección, los agentes fronterizos encontraron 11 libras de heroína y 48 libras de cocaína empaquetadas en la llanta de refacción, según documentos judiciales. Él negó conocimiento de las drogas y fue arrestado.

Sus familiares que viven aquí y en México se sorprendieron, dijo su abogado, Michael Crowley. “Él no encajaba en el perfil; no había problemas financieros”, dijo Crowley.

El abogado envió a un investigador e intérprete a Tijuana. Ellos armaron los pasos del repartidor en las 48 horas previas a su cruce en la frontera, contactando a posibles testigos y encontraron que su camioneta había sido estacionada en varios lugares públicos, accesible para cualquier persona que caminara por ahí.

“Estamos bastante cerca en nuestra investigación como para determinar quién lo hizo”, afirma Crowley.

En marzo, los fiscales decidieron abandonar el caso, “basándose en el estado de las pruebas, las características del demandado y en un esfuerzo por conservar los recursos fiscales y judiciales”, se afirma en documentos de la corte.

“Simplemente se aprovecharon de él”, concluye Crowley. “Es muy sencillo de hacer”.

Otro caso donde se usa el neumático de repuesto se dio hace unas semanas: un mexicano con una tarjeta válida de cruce fronterizo dijo a las autoridades que él iba a Otay Mesa a buscar unas refacciones para camioneta. En la llanta de repuesto, los agentes encontraron 38 libras de cocaína y siete libras de metanfetamina.

El asistente del Fiscal Federal William Cole dijo que el número de casos desestimados por contrabando de drogas es muy pequeño, comparado con el volumen total de estos percances que se dan a través de la frontera en el condado de San Diego.

“Cada caso es único, cada persona, cada vehículo, cada interacción con la policía, lo que la persona dijo, lo que el lenguaje corporal dice”, afirmó Cole. “Miramos y hacemos nuestro mejor trabajo, de una manera justa e imparcial, para decidir: ¿Tenemos pruebas más allá de toda duda razonable de que esta persona sabía que la droga estaba en el vehículo?”.

Los casos de los camioneros comerciales son particularmente difíciles, dijo Cole.

“Su trabajo consiste en mover una carga, y no necesariamente es su carga. Tenemos que observar esos casos con mucho cuidado. No queremos culpar a alguien que no sabía y no queremos acusar a alguien si no podemos probar que sabía”.

Esos casos a menudo también involucran grandes cantidades de drogas.

En un caso reciente, un camionero comercial intentó cruzar por Otay Mesa en diciembre con un manifiesto que declaraba chayote, que es un tipo de calabaza, como carga en su tráiler. Sin embargo, en un compartimento bajo el piso, los oficiales de Aduanas encontraron 75 libras de cocaína y 28 libras de heroína.

El camionero fue arrestado, pero los cargos en su contra fueron desestimados unas semanas más tarde.

“En general, considerando el número muy pequeño de casos desestimados, creo que estamos haciendo los movimientos correctos”, afirmó Cole.

90 por ciento culpable

Se estima que 90 por ciento de los casos de contrabando de drogas en la frontera terminan en declaraciones de culpabilidad, dijeron los fiscales federales, con alrededor de 30 a 50 casos que van a juicio en un año determinado en San Diego y los condados de Imperial.

“Trabajar en estos casos engendra cinismo, porque la defensa de mula ciega se utiliza en prácticamente todos los arrestos fronterizos que van a juicio”, escribió Caleb Mason, ex fiscal federal de San Diego, en un artículo del 2011 en la revista Justicia Penal (Criminal Justice). La otra defensa común es la coacción, en la cual se alega que los narcotraficantes amenazaron con dañar a los conductores o a sus familias si no cumplían el encargo.

En un caso de tráfico, los fiscales deben probar que el mensajero sabía que él o ella llevaba narcóticos, y los abogados defensores deben abogar con duda razonable, que un conductor podría ser una víctima involuntaria.

Durante años, una de las formas habituales de los fiscales para refutar la teoría de la mula ciega era poner en el estrado a un agente del Departamento de Administración del Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) como testigo experto, declarando que el uso de los mensajeros desprevenidos es una mentira elaborada por los abogados defensores, dicen los expertos legales.

Pero en 2011, la policía se vio obligada a reconocer que, de hecho, las mulas ciegas existen.

Fue entonces, que en una conversación grabada por el FBI, unos narcotraficantes fueron escuchados discutiendo una amplia operación de mula ciega, que incluía el uso de una maestra de escuela para contrabandear drogas sin saberlo en El Paso, Texas. Los traficantes sabían patrones cotidianos de la profesora y tenían acceso a su coche.

En la conversación, revelaban que eligieron a la profesora como blanco porque era tan predecible, “Siempre como un reloj: tic, tac, tic, tac,” dijo uno de los sospechosos, de acuerdo con la denuncia.

Trabajaron con un cerrajero en los Estados Unidos para recuperar las drogas de su cajuela sin su conocimiento.

La maestra de cuarto grado, que había sido capturada en México, fue finalmente liberada.

“Sucede. Es un pequeño porcentaje, pero sabemos que ocurre”, dijo Mason en una entrevista.

Frecuencia debatida

Pero, ¿qué tan frecuente es?

“A lo largo de mis 31 años y medio, yo digo que es raro, raro -estoy hablando de muy raro- encontrar a alguien que tenga drogas en su vehículo y que no tenga algún conocimiento, o no esté implicado de alguna manera”, dijo García, de Investigaciones de Seguridad Nacional. “Es poco común”.

El abogado defensor Crowley, quien representó al repartidor de muebles, cree que sucede incluso más de lo que las autoridades reconocen.

“Es un negocio. Consiguen cruzar sus cosas al otro lado de la frontera de la forma que pueden”, aseveró Crowley “... Sospecho que muchas drogas son cruzadas de esa manera”.

El abogado defensor Jeremy Warren, quien defendió al conductor de las molduras llenas de droga, ofreció cuatro razones plausibles para que los traficantes usen conductores desprevenidos.

“Usted no le tiene que pagar a la persona, la persona no va a estar nerviosa, no va a robarle sus drogas, y no puede delatarlo”, dijo Warren.

Incluso los investigadores están de acuerdo en que algunas organizaciones de narcotraficantes aducen esas mismas razones para elegir a los conductores involuntarios.

En 2012 y 2013, la Oficina del Fiscal de Estados Unidos distribuyó memorandos a los abogados defensores con relación a un brote de casos de tipo mula ciega. En uno de ellos se mencionaba que los reclutadores publicaron en periódicos anuncios en español para conductores.

Eso fue lo que le pasó a un hombre de Vista, quien respondió a un anuncio para hacer las entregas del Ejército de Salvación a México por 20 dólares la hora. Un día, mientras se dirigía de regreso a los Estados Unidos después de hacer una entrega, los funcionarios de aduana encontraron 32 libras de mariguana en un neumático de repuesto, según documentos judiciales. Fue arrestado, pero más tarde los cargos se descartaron.

Otro esquema consiste en la colocación de cajas magnéticas llenas de drogas bajo los coches de quienes cruzan la frontera con frecuencia, a menudo considerados los viajeros de confianza inscritos en el programa SENTRI.

García advierte a los que cruzan la frontera con frecuencia que comprueben debajo de sus vehículos antes de cada viaje, que varíen sus patrones de manejo para ser menos predecibles y que eliminen del parabrisas las calcomanías caducadas de pase SENTRI para evitar convertirse en blancos.

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